“Yo bauticé a Malva Marina del
Carmen, la hija de Neruda”, de Toño Freire, retrata a la única hija del
Nobel y María Antonieta Hagenar.
Juan Ignacio Silva y Carlos Andueza
"En la medida que más y más pienso en
el tema, me doy cuenta que menos sé", dijo ayer Bernardo Reyes, sobrino de
Pablo Neruda, en el lanzamiento del documental "Yo bauticé a Malva Marina del
Carmen, la hija de Neruda". La Sala América de Ia Biblioteca
Nacional no daba abasto.
Más de 150 asistentes ocupaban Ias butacas y Ios pasillos, todos atentos
frente a Ia terna conformada por Reyes, eI crítico Camilo Marks y eI periodista
Tono Freire, director de Ia producción. "La vida de Neruda es casi
espectacular, pero a la vez muy desconocida, inaccesible, y esta película lo
demuestra", dijo Marks, mientras Freire anunciaba que sólo se exhibirían
20 minutos del total de 40 de Ia producción.
El centro del documental es una serie de entrevistas entre el realizador y
Juan Mujica de Ia Fuente, ex diplomático y padrino de Ia única hija del poeta
chileno con María Antonieta Hagenaar. "Conocí a Mujica en 1994 cuando yo
era agregado cultural en Lima. Me contó su historia sobre su amistad con
Neruda, en los tiempos en que el Premio Nobel era cónsul en Madrid, y los
detalles del bautizo de Malva Marina", dice Freire. La hija del poeta
nació el 19 de agosto de 1934 con hidrocefalia.
"Mujica me contó que los padres de Malva
tenían premura por bautizarla por temor a que Ia guagua no sobreviviera por Ia
enfermedad. Me dijo: 'Me lo pidieron a mí, y yo le agregué el nombre del Carmen
en homenaje al padre de Neruda'", agrega el director.
Poco después del nacimiento de Malva Marina, Neruda rompió con su esposa,
conoció a Delia del Carril y se fue con ella a México a causa de Ia Guerra
Civil española, Hagenaar escapó a Holanda, donde dio a su hija en adopción. La
niña fue criada por una pareja de holandeses y murió a los ocho años de edad.
"En el círculo social por donde se movía el poeta no veían con buenos ojos
a su esposa y su hija: decían que era una 'jirafa' y un 'monstruo'.
Pero Neruda nunca permitió que hablaran mal de ellas: siempre decía que
eran 'seres humanos'.
Freire grabó la entrevista y esperó el momento en que le fuera útil. En
2003, el académico chileno Antonio Reinaldos descubrió la tumba de Ia hija de
Neruda en Gouda, Holanda. Cuatro años después, Bernardo Reyes, sobrino del
Nobel publicó "EI enigma de Malva Marina", texto que provocó mucho impacto por el desconocimiento
general del episodio. Eso animó a Freire a rescatar su material y
complementarlo con imágenes grabadas en España, Perú y Chile, y con testimonios
de personas que conocieron a los protagonistas de los hechos.
Arquivo Adriana - El Mercurio, Santiago, 7 enero 2011